No he ido al gimnasio

Suena un jazz suave, la cerveza me la he vaciado en el gaznate y un par de chicas de instituto me miran con curiosidad, debe ser el gorro (regalo de reyes de la rubia ).Me encanta este bar, por su ambiente y demas, y ahí estoy, un miércoles por la tarde, un día cualquiera de paro, sin buscarle salida a la crisis que se cuela por las ventanas de las casas de todos los españolitos de mierda.
En esto llega mi colega, el cabrón está mas delgado, y acaba de venir de viaje, exultante, pues allí ha encontrado eso que dicen que es la mejor forma de aliviar la tensión; el sexo.Me alegro por él, es buen tio.
Pago la ronda y nos pedimos otra, a ver que se cuenta.Yo por mi parte ando detras de una cámara reflex digital, pero claro, vale 400 pavos que no tengo, en fin, luego por ahí me llamarán caprichoso.La cosa es, y para eso he quedado con mi compañero de aventuras y sobretodo de desventuras, que tengo en mente un par de noches en blanco con él, recorriendo la ciudad vacía, de madrugada, sacando fotos, 100, 200 fotos...las que salgan, profundizando un poco en el mundo de la noche.Ahora que el invierno empieza a dar los últimos coletazos podría ser un buen momento.Buena música, fotos con gusto, buena compañía y un par de cervezas; ese a grandes rasgos sería el plan.
Siempre hay que tratar de hacer cosas diferentes, de pensar de forma independiente, para no convertirse en un borrego mas, en un número sin valor.Siempre hay que vivir con pájaros en la cabeza, porque no queda otra forma de soportar semejante mundo.Y eso que yo desde hace mas de 6 meses tengo a la chica mas encantadora que podría desear, entre mis brazos; no tiene tantos pájaros en la cabeza como yo, pero comparte (en parte) mis sueños, y con eso me basta.
Como siempre, mi colega acepta ese par de noches de fotografía urbana, ya dije antes que es buen chaval.
Seguimos charlando un poco mientras el dueño del bar charla distraidamente con un par de repartidores, nada especial, el dueño es un tipo bastante huraño.
Mi coelga me hecha de menos en las noches en las que celebrabamos nuestros rituales de autodestrucción, pero bueno , que se le va a hacer, comentamos un poco las ventajas y desventajas de la vida en pareja y nos trincamos otro par de birras, que por cierto, me saben a puta gloria.
Hoy es 4 de marzo, y no he ido al gimnasio.