No vamos a ganar; pero un momento, hay que pelear...¡como no vamos a pelear!.Hay que levantarse y pelear, claro que si, porque a falta de esperanza, al menos tendremos dignidad.
Arturo Perez-Reverte

miércoles, 15 de julio de 2009

Las noches que yo cuento

Calurosa pasa la década de los 20 años, como pasaba la reciente noche veraniega en el horno de Valladolid que hace poco viví, o debería decir que mas bien disfruté.
Con la reciente pasada del ecuador de la citada segunda década (y es que ya voy por los 26, cagüen la leche) llegan, más dudas al mogollón de las que ya tengo en la mochila;pero no todo es malo, porque vienen acompañadas de nuevas certezas, nuevas formas de pensar que antes no veía.Siendo así, y sabiendo como viene la mano (aún así sigo sin renunciar a que en la siguiente me entre el poker de ases) la pregunta es: ¿Porque no disfrutar? y en eso estamos.
Porque mañana me daré un garbeo por la capital del reino del rejunte de pueblos que algunos llaman España para ver en una ocasión única al asesino, al killer, a Jerry Lee Lewis bien acompañado por uno de mis mas fieles compañeros de fatigas y estrafalarias noches de fiesta.
Pero me desvio del tema... hablaba de una calurosa noche de verano castellano, de una solitaria cerveza (Los tiempos estan cambiando , como diría Loquillo), de una mujer enamorada y de un imbecil que escribe blogs.
Descubrí entre risas, miradas y sonrisas, bares en los que había estado varias veces, y digo descubierto, porque realmente les descubría, ya que estando uno sereno, las cosas cambian.Y noté también que uno de los motivos que me impulsaban a despreciarlo todo, sigue ahí: la gente es estúpida.Y es que cuando uno se anestesia a base de vodka importado de Leningrado y Jack Daniels importado de cualquier rancho de cualquier gilipollas de cualquier estado de los putos EEUU, la "estúpida gente" desaparece de los bares, con lo cual desaparecía uno de mis problemas.¿Cual es la evolución?La evolución es qu eahora les miro y, aún sabiendo que son imbeciles, soy capaz de mirarlo desde fuera, y sonreir.Y que cada uno se tome esa sonrisa cmo quiera.Yo solamente me dedicaba a echar un billar con la muchacha enamorada que decía antes.
Esa es la diferencia, la evolución, el comprender y el "superarlo".El disfrutar de cada hoja de u narbol meciéndose en la noche a la deprimente luz de una farola de barrio.
Porque cualquier calle ajetreada se convierte por unos instantes, mientras uno camina de un bar a otro, en una inesperada fuente de bienestar; para al instante siguiente, volver a ser la bulliciosa calle céntrica de un sábado nocturno.
Y que mejor modo de terminar la noche que retirándonos discretamente con el clio durante... que se yo, quizas mas de una hora a cantar ella y yo a trío con "el flaco", olvidándonos de que existe mas gente a parte de nosotros dos, olvidándonos de la hora y en definitiva, del resto del mundo.
Y doy fé de que no salimos a bailarnos una afuera del coche con las farolas como focos del escenario por muy muy poquito.
Lo comento por si alguna noche volveis de fiesta y veis una pareja, ella guapísima y él con cara de loco bailando al ritmo de la música que sale de un clio aparcado a su verita.
Y es que con Sabina, todo sabe mejor de lo que sabe.

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